LA PRIMERA IMPRESIÓN ES LA CINCUENTA

Entrégale al ser humano un marcador negro, unos post-it y la libertad de públicamente etiquetar a desconocidos como le plazca, y producirá el siguiente resultado: escribirá lo primero que se le pase por la cabeza y enseguida pegará, sobre cada persona juzgada, los papelitos con el resultado de su intuición. Al joven con brazos tatuados le pondría en la frente un letrerito con la palabra 'drogadicto', a la Hembra con minifalda que parece un cinturón la denominaría 'una cualquiera', a la vanidosa compradora compulsiva la tildaría de 'bonita pero tonta' y al Macho que canta canciones de Adele le colgaría un cartelito que diga 'dudosa sexualidad'.

Como un bibliotecario que no ha leído los libros que organiza, clasificaría a la biblioteca humana según la primera emoción que le produzcan las distintas cubiertas. Acto seguido, agruparía los textos según estereotipos similares, de tal forma que un tomo de 'dudosa sexualidad' iría junto a otros catalogados como 'metrosexual', 'emo' y 'Frodo Baggins'. A su vez, 'una cualquiera' iría junto a otras referenciadas como 'mostrona', 'roba maridos' y 'Sara Corrales'.

El paso final de dicha categorización, consistiría en aglomerar el mar de grupos generalizados en sólo dos facciones, con los siguientes rótulos: amenaza y oportunidad. De tal forma, 'una cualquiera + similares' ingresarían al bando de amenazas para las Hembras humanas, pero también en el de oportunidades para los Machos; asimismo 'un proctólogo' sería una amenaza para la dignidad masculina, pero también una oportunidad para que el Sindicato Femenino exponga por qué el Plan B es más doloroso que placentero. Y, justo así, se cuaja una primera impresión -buena o mala- en el ser humano, dependiendo de si considera al recién conocido como una oportunidad o una amenaza.

Para entender la dualidad planteada, veamos unos cuantos casos tomados de la vida real:


Caso No. 1 - Él dice "Yo te he visto antes, en algún lado..."

Oportunidad: Trago gratis.

Amenaza: Eso se lo dice a todas.


Caso No. 2 - Una extraña te agrega en Facebook, sin amigos en común.

Oportunidad: Sexo fácil.

Amenaza: La foto de perfil es sólo un ojo. Da pistas de una Hembra observadora, intuitiva y curiosa. Y gorda.


Caso No. 3 - ¿Por qué quieres trabajar con nosotros?

Oportunidad: Nadie tiene mi talento y liderazgo.

Amenaza: Un futuro jefe no le da trabajo, a quien le puede quitar su trabajo.


Caso No. 4 - ¡Te va a encantar mi familia!

Oportunidad: Suenan las primeras notas de la Marcha Nupcial.

Amenaza: Te casas con él(ella) y con su hermano desempleado, mamá criticona, tía metiche y primo rehabilitado.


Caso No. 5 - Estimados compatriotas, ¡necesitamos un cambio! ¡voten por mí!

Oportunidad:

Amenaza: Es-timados compatriotas.


Dependiendo del camino escogido, se tallará en la mente humana una impresión que rara vez es modificable. Masticar con la boca abierta en la primera cita acaba con las posibilidades de una segunda, salvo que sea interpretado como una oportunidad de ver el lado infantil de la contraparte. Un flojo apretón de manos sirve para inferir una debilidad de carácter, salvo que sea interpretado como una oportunidad para descubrir un genio que está volando bajo el radar, que está luciendo un bajo perfil.

Lo peculiar del asunto es que una segunda, tercera, quinta o cuarentava impresión sólo son usadas por la humanidad para reconfirmar la primera. Pueden más las ganas de soltar un "¡Te lo dije!" que liberar a regañadientes un "Si, me equivoqué". Un mentiroso en la primera impresión, siempre será un mentiroso. Pero un mentiroso que aparece en la sexta, es un "Todos nos equivocamos, merece otra oportunidad". En síntesis, en las relaciones humanas sólo es importante quedar bien la primera vez, porque luego el ego herido del cuasi-profeta será tu mejor abogado.

Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje.

Lucano Divina

Comandante Macondo de la Revolución Animal

Selvas de Suramérica, marzo 22 de 2012

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